jueves, 28 de febrero de 2008

Por qué no a otros


¿Sabias que hay vergüenza? Vergüenza y se me esconden los latidos.
Por eso los disfraces, las sombrillas, las pantallas... las pelucas.
¡Ay de quien mire lo que esconde esa vergüenza! Y sin embargo la sacaría a bailar un Zancudito Panalivio cualquier día de estos, alumbrada, con los ojos bien despiertos. O en la dicha de alguna hoguera anochecida, permaneciendo en las brazas, haría una barbaridad y le arrancaría ese corazón a aquella infame que no debería estar conmigo … la vergüenza. O le preguntaría, reventando de rabia, por qué me persigue día a día, por qué me hastía.
Por qué a mí.
Por qué no a otros.